El café es una infusión hecha de las semillas del cafeto tostadas y molidas, pero es mucho mas que eso, yo soy de los que piensan que el café es mucho mas; para mi es un sitio de reunión, es la excusa perfecta para compartir y conversar, para reunirse con viejas y nuevas amistades, de esas que se encuentra uno en el camino y termina la presentación con un sugerente "Vamos a tomarnos un café!"
Aun en esta época de "escasez" siempre hay un tiempo para la tertulia alrededor de las tazas humeantes, y nunca falta una excusa para degustar un negrito o un guayoyo. El venezolano es así, cafecero, desde el llanero hasta el oriental si dejar de lado a los andinos y el zuliano, a todos nos atrae el café, sea de panadería, el industrializado nescafe (publicidad no pagada) o la tacita que mama nos prepara al visitarla.
El café es tan venezolano para el venezolano como la arepa o la cachapa, y es que nosotros somos conversadores natos y el marroncito es el acompañante perfecto para la charla.
Somos tan adeptos al guarapo que le hemos puesto infinidad de nombre, marrón, negro, largo, corto, guayoyo, con leche, tetero, marrón claro, oscuro, cerrero entre los mas conocidos.
Yo en la universidad pedía el Zaigon! un vaso enorme de jugo lleno de café tinto para levantar el animo y seguir el día de clases...
Ahora, me conformo con el pequeñito de los vendedores ambulantes, que frente a la crisis, han conseguido en sus termos una forma de sobrevivir y servir ofreciéndole al publico su bebida mañanera.
Asi es nuestro cafe, un sitio, un encuentro, parte del gentilicio venezolano.
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